8 de enero de 2016

Álter Ego

Siento completamente vacío mi cuerpo, como si no circulara sangre en mi interior, ni el oxígeno llegase a mis pulmones, me siento hueco, sin un corazón latente, exento de sentimientos. Pero yo lo decidí, hui de mis emociones, de mis anhelos, de mis sueños, escape por no saber controlar el sufrimiento, y si, me arrepiento. Sin duda fue mi peor elección, esconderme de mi, no luchar por lo que realmente me hacia feliz. Pero cada vez que lo intentaba, hay estabas tu, rondabas mis pensamientos, monopolizabas mis palabras, y yo, volvía a correr en busca de olvido, directo al primer bar que encontrara en mi camino. Me arroje a otros brazos, sondeé otros labios, jugué entre sabanas con alguna mujer, pero nada, cada vez que retomaba lo único que me hacia sentir, hay estabas tu, sonriendo, y yo, volvía a enmudecer. Justifique de mil maneras mi silencio, creí firmemente que era lo correcto. Enmascare mi rostro tras una falsa sonrisa que no brotaba del alma, que no era real, que no sirvió de mucho, pues hay cosas que no se pueden ocultar.

Ahora miró atrás, tanto tiempo vivido como un muerto, tiempo perdido, no puedo más, tengo que dar salida a las palabras que dicta mi otro yo, el que no tiene miedo de hablar, de abrir el corazón, de sonreír con un viejo recuerdo aunque también le haga sufrir. Esa parte de mi a la que durante tiempo hice guardar silencio, que tiene el valor de escribir, aunque por el momento, sólo tenga palabras para ti.