21 de diciembre de 2016

Somos Humanidad

Suenan tambores de guerra,
gritos envueltos en envidia y odio
que desoyen cualquier frontera
y voces en pena sin tierra
bajo miradas llenas de miedos
en un mundo decadente,
cultivado con terror
en píldoras de ignorancia,
con más armas que flores,
donde el precio es del mejor postor
y el conflicto un negocio
que llena bolsillos sin dueño
ocultos en velos y sombras,
mientras víctimas colaterales
se suman en las calles
por ambiciones sin vida ni alma
y rezan como nombre en lápidas
sin más horas ni sonrisas
ni momentos entre familiares.
Gracias a que es simple el dolor
en los consejos que da
y difícil perdonar sin por qué
ni motivos para amar,
pero hay que añadir bondad,
poner ilusión y bastante fe
para no ceder en prejuicios
bajo los debates en contra
pues hay que ser positivo
y no perder de vista
la oportunidad de otra perspectiva
que dibuje un mundo distinto
con un verdadero propósito
unidos todos en humanidad
como hermanos de responsabilidad
que incluye a los ojos esquivos
junto a devotos, pecadores y santos
para alzar los brazos en basta
y poner fin a más y más locura
que gana adeptos a diario
porque falta tender manos
sin repetir errores del pasado
en siembras de discordias 
y cultivo de nuevos rencores
para que prevalezca la esperanza
hoy, con intención de siempre
aún el destino se esciba en olvidos
con la historia por ejemplo y castigo.