26 de diciembre de 2016

Divina

Como divinidad de mi religión
serpenteas en riego la tierra
con ofrendas en flor a mis pasos
y dibujas caminos sin dueño
para un peregrino sin hogar ni destino
que viaja de prestado en rumbo
en busca de sentido por vivir
con las velas tendidas al viento
y el timon a la deriva,
pero no hay altares a tus ojos
ni basílicas a tu alma desnuda
donde sentar en rodillas mis ruegos
y firmar cada día en presencia
al son de voces de campanas,
sólo celestes que pintan el cielo
y Sol y Luna por testigos
de tu nombre en mis oraciones
por prueba de que te soy devoto
desde el ocaso al alba
y en cada sueño entre sábanas.