Como divinidad de mi religión
serpenteas en riego la tierra
con ofrendas en flor a mis pasos
y dibujas caminos sin dueño
para un peregrino sin hogar ni destino
que viaja de prestado en rumbo
en busca de sentido por vivir
con las velas tendidas al viento
serpenteas en riego la tierra
con ofrendas en flor a mis pasos
y dibujas caminos sin dueño
para un peregrino sin hogar ni destino
que viaja de prestado en rumbo
en busca de sentido por vivir
con las velas tendidas al viento
y el timon a la deriva,
pero no hay altares a tus ojos
ni basílicas a tu alma desnuda
donde sentar en rodillas mis ruegos
y firmar cada día en presencia
al son de voces de campanas,
al son de voces de campanas,
sólo celestes que pintan el cielo
y Sol y Luna por testigos
de tu nombre en mis oraciones
por prueba de que te soy devoto
desde el ocaso al alba
y en cada sueño entre sábanas.