24 de diciembre de 2016

Apuesta

No hay motivos para no creer
y ceder la mano a parejas del destino
que juegan la vida por poker
tras rostros en velo de engaño,
pues quedan descartes y fortuna
en dedos del crupier sin nombre
que baraja el tiempo al azar 
para que rey y reina de corazones
con el as sobre tapiz de mesa
sueñen escaleras al cielo
en peldaños color rojo pasión
y cobrar la apuesta en besos
de labios con sabor a paraíso
en caricias bajo piel de ángel
sin necesidad que ría el joker
o ocultar suertes en la manga,
pero bajo esperanzas reales
y no tentado a ilusiones falsas
por ludopatia falta de amores.