26 de diciembre de 2016

A Tu Antojo

Te dejo el peso de los saludos,
de las llamadas por teléfono
y que algún día nos volvamos a ver,
para no firmar locura y acoso
con tu sonrisa en recompensa
tras las firmas de mis huellas,
pues siempre te busco por premio
en propia satisfacción
sin paciencia ni juicio en deseos
y se acabó,
aún quede herido en alma
o hiera indiferente sin resultado
para hallar el equilibrio
entre necesidad y ser necesario
con tu opinión en sumo valor
y único latido que espero
sea sincero amigo en el tiempo
sin caprichos entre nosotros
que nos aten a falsos miedos
tras escudos de silencios,
pero tal vez sea un iluso sueño
de un necio que provoque no vernos
en pulso con tus alas al viento
sin razón a que me eches de menos,
pero arriesgo
aún cobre mi pecho con tu falta
pues la vida pide motivos
que a veces juega en giros de ruleta
de delicado gatillo
y he puesto las balas en tus manos
para que llenes el cargador
al antojo del latir de tu corazón.