11 de diciembre de 2016

Salvación

No vuelvas por mí jamás,
aún sea una petición ilusa
más propia de sueños
que de vestir la realidad,
pero no lo hagas
para no negar mi corazón
y tener que decir no
a la voz del latido enamorado,
pues te amo... Pero sería tarde
para creer en hacerte feliz
y fingir por tenerte yo a ti,
pues primero tú y luego yo
aún toque tragar de amor
o sembrar sombras con su luz
en vez de buscar rincones
donde encontraría sólo dolor
a la mudez en los labios
sin hallar deseos en olvido
ni tras mil vueltas de reloj,
pues de ti no hay cura
como no hay salvación
a ojos que besaron el cielo
y vieron más allá de sus puertas
el paraíso en luz de alma
engalanado de universo.