Llamó el
olvido a mi puerta,
clamó tres veces su presencia
y abrí para que pudiera entrar,
para que
abrazara la tristeza,
la
nostalgia, las penas,
para que
socorriera mi alma,
para que
ahuyentará tu falta,
la lágrima por tu ausencia,
pero no cruzó el umbral de mi vida
porque vio
la verdad en mis ojos,
el imposible
que no podría realizar,
porque aunque
lleve el lastre del dolor
no quiero
olvidar
pues te
necesito en mi día a día
aunque sea
en el quejido de un latido,
entre los
hilos del pensamiento
o en las
brumas de mis sueños
ya que Amor
siempre serás
parte de mi felicidad
aún sin tenerte jamás.