Aún conservo
esa vieja canción,
esa antigua
carta de amor,
la que tú voz no puso en mi oído,
que hablaba
de compartir destino,
de caminar
unidos la vida,
de promesas
hace tiempo vacías
que ninguno
de los dos cumplió.
Aún me pregunto qué nos pasó,
cómo acabó tan dulce ilusión,
por qué dejó de latir el pecho
para
convertirse en un frío témpano,
para pasar
de luz a oscuridad,
para que no
exista vuelta atrás
pues no
hallo ninguna explicación.
Porque mi
corazón aún
te llama,
aún te buscan todas mis palabras,
aún te
pienso en cada amanecer,
aún anhelo tu calor en mi piel,
tus ojos, tu
sonrisa, tus labios,
la locura de
hallarte en mis brazos,
pero el tema
es, que es cosa de dos.