Una imagen de mi retina
es de noche sin
estrellas,
sin el abrigo
de la Luna,
el cielo en
silencio
con lágrimas
de alegría.
Una luz solitaria
nos ofrecía su
compañía,
en el aire una
melodía,
mientras, tu y
yo,
juntos en un
abrazo,
improvisamos
unos pasos,
creando un
momento mágico
al ritmo del
corazón.