8 de febrero de 2016

A quién proceda...

Ya es tarde
para secar viejas lágrimas,
ofrecer el abrazo que hizo falta,
tender la mano a antiguas caídas,
ayudar a cicatrizar heridas,
ser, en otra época,
mejor compañía.
Ya es tarde
para dar marcha atrás,
cambiar decisiones,
deshacer en el tiempo el camino,
entuertos y errores,
un sin fin de equivocaciones.
Ya es tarde
para actuaciones en pasado,
sacudir rencor que años acumularon,
perseguir vacuas sombras
de hogueras reducidas a cenizas.
Pero dicen,
si la dicha es buena
no es tarde para pedir perdón.
Así pues,
a quién sea menester
disculpe el daño que pudiera hacer.