Hay que remar favor a la corriente
si no quieres náufragar.
Hay que aprovechar el viento
aun sople
hacia donde no quieres llegar.
Hay que adaptarte o morir.
Hay que vender el alma o el porvenir.
Y dame la pala, por fa,
que me gusta mi tumba aquí,
que me cansan las reglas
antinatura
de la partida amañada,
del tablero trucado
donde gana el listo, intermediario,
en un suspiro
lo que de Sol a Sol se cuece
a fuego lento
en la labor que vive y perdura.
Y llora,
llora la profesionalidad primaria
ausante
cuando el bolsillo escasee,
cuando el básico no sea suficiente
para pagar el capricho
burgues
bajo cuerda en hilo para marionetas
de anillo millonario,
qué no me verás de proletariado
a la cola
de la simple oferta por demanda,
con la escusa de vivir y respirar,
entre tareas y servicios
según el interés impertinente
de antigua descendencia imperial.
Y te recuerdo
que la muerte en pie
gana a una vida de rodillas
cien a cero
si cuentas la historia escrita
y evitas
la guia del cobarde y la comodidad
del que vendió al resto y su ser
a cuatro reales en época de Euro...
Y hay,
hay que vivir
con el refrán de otro universo,
de otra era olvidada sin tiempo
que no ve esclavitud con sueldo
cuando la sal
no llega, no alcanza
a dar sabor a la vida y su sueño...
