18 de enero de 2019

Atardecer Azul y Rojo

Hay cientos de historias,
miles de sueños y millones de viajes
que pueden surgir
de una semilla sin plantar,
de una nube pasajera,
de puestas de Sol azules y rojas,
de rutinas con cambio de hora,
de bailes entre mareas,
del azar que juega tras cada Luna...
Con nueva tinta o sangre de viejos textos,
en voces de personajes de cuento
o de narradores que mueven los hilos.
En contextos prestados
donde la realidad gana a la ficción
y la imaginación exagera las verdades...
Entre detalles de un universo infinito
descrito por ojos de soñadores,
de enamorados y desilusionados,
de niños y borrachos,
de trovadores de lo ajeno,
de mujeres boxeadoras,
de ateos y creyentes al dedillo,
de princesas llenas de peligro,
de escépticos frente a lo bueno,
de magos de la sonrisa,
de malabaristas de burbujas,
de chicas de revista y de diario,
de pesimistas y vasos medio vacíos,
de navegantes desbordados de fe,
de peregrinos perdidos por el camino,
de ermitaños en cuevas bajo el cielo...
Y las posibilidades no terminan
en la vida
donde cada mirada es todo un mundo,
un viaje
de millones de interminables luces...
Entre un sin fin de estrellas
con brillo propio y sin comparaciones,
sin lucha
entre ellas
donde todas pertenecen al dibujo
sin ser dueñas de las constelaciones...
En ese complejo equilibrio
de naipes en estructuras imposibles,
de torres entre huecos y ladrillos,
de crucigramas improvisados a ojo,
de atracciones oceánicas sin pegamento,
de juegos a dos manos entre cuerdas,
de puzzles al viento sin fijos paisajes
que desembocan en auroras libres,
que conducen a cualquier evento fugaz,
que se deshilan en jirones de humo,
que vienen y van al ritmo de las olas,
que bailan desnudos de nudos...
Millones de viajes...
Cientos de historias...
Miles de sueños...
Que
pueden nacer en cualquier momento,
crecer de circunstancias imposibles,
de una brizna de hierba entre la paja,
de un soplo de aire a la caracola,
de una gota de rocío en la mañana...