Helena

Te voy a llamar Helena
con permiso y algunas libertades
en nombre de la luz, de la hermosura
y del Amor...
En nombre del mito
de una mujer como ninguna
que movilizó flotas y ejércitos,
y más de un corazón,
por no decir todos,
que la conocí en persona en tus ojos,
aunque no haga arder ciudades
ni juegue a fabricar caballos de pega
para saltar las barreras de la noche
y acabar contigo entre sueños...
Y sé que no es tu nombre,
y puede, seguro,
que no necesites disfraz ni máscara,
que no te haga falta maquillaje
para agregar valor a tu leyenda,
pero te llamaré Helena...
Luz en la oscuridad...
Mujer amada...
Como una errata cariñosa de la voz,
como un capricho de mi alma...

Punto Ciego

Hay ideas que te atraviesan
como flechas de verdad universal,
que te alcanzan
a través del punto ciego del alma,
que delinea la raíz de tu mente
en dos líneas, una canción,
cuatro versos,
en las primeras palabras de una trilogía,
en la última voz de una novela negra,
en un pensamiento sordo que te grita,
en la cita de alguien del pasado,
en un silencio demasiado largo,
en la conversación entre dos extraños...
En el diálogo... De dos personajes...
De una improvisación de la vida...
Y te toca... El resto de la estrofa
por inercia del subconsciente
que te secuestra, medio inconsciente,
para dar sentido a todo el guión...
Para atar cabos entre lo que se lee,
se ve, se oye
con el infinito que implica...
Jugando al Amor...
A la guerra.. Al pecado...
A la soledad... A la paz... A los sueños...
En los despechos de lamentos y alcohol
entre trovadores y poetas de rincón...
En las despedidas que no se dieron
y se quedaron sin rumbo...
En los monólogos frente al espejo
de quien teme más perder que al miedo...
En las riñas que se solucionan con besos
o con más entusiasmo y tiempo...
En las escenas de encuentro y adiós...
En los sueños con sabor a destino...
Y a medias, yo me quedo la comedia
porque es obvio que tú eres la flor,
la que aporta la parte romántica...
Que sin ti mi corazón no tiene cuerda
para entender en algún sentido el Amor...

El Nombre De Otros

Que me pongan nombre los demás.
Que me llamen como quieran
que girar el cuello o hacerme el sordo
es decisión exclusiva mía...
Que me pueden llamar brisa o tornado,
viento o marea,
oasis o desierto,
lava o nieve,

pirata, lobo, ladrón, loco o soñador,
bombón o deshecho...

Por un apodo de pila, cariño o despecho,
de película o de novela,
de ficción o de historia pasajera...
Por una identificación de pega,
porque naces y te registran, te bautizan
sin tener en cuenta tus preferencias,
por antojo,
que yo hago lo mismo con mis ojos

e incluso a veces a ladridos...
Y te hace, en una pequeña parte,
como te llamen otros,
el tono de las cuerdas y el rostro,
la cortesía, la educación, la distancia,
la burla, la ira, la verdad, la paz, el corazón,
en una palabra con voz...
En la comunicación entre universos...
Tener un lenguaje propio
o participar del idioma que hablan todos.
Ser un sustantivo en exclusiva
o uno repetido entre de más y muchos...
Que te saque una sonrisa a la primera
o te haga querer desaparecer.
Que te vuelva flan
o te convierta a cal y canto en fortaleza...
Y que me pongan nombre los demás...
Que no importa... Que es como debe ser...
Que el registro ya está hecho...
Que no se decide ni se puede escoger...
Que motes y apodos hay demasiados...
Y gustos existen tantos como colores...
Que según el momento tiembla el tono
y girar el cuello o hacerme el sordo
es decisión exclusiva mía...
Pero el nombre no entra en mis opciones,
es elección de otros

aunque no tiene nada que ver 

con las preferencias que me hacen ser...

Amigo... Familia... Compañero fiel...

Señales

La vida está saturada de señales.
Obligatorias,
de siga la flecha en un único sentido,
de dirección prohibida y de sin salida,
de frena, no tienes preferencia,
de cede en las incorporaciones,
de reduzca la velocidad por peligro,
de advertencia de fauna salvaje y libre,
de distancias con nombre,
de acceso a vías rápidas,
de cuidado vienen curvas,
de es una rotonda, no des vueltas,
de reservado en exclusiva a residentes,
de prohibido aparcar y echar un cigarro,
de se multa deslumbrar con largas,
de está observado por el gran hermano,
de abierto veinticuatro horas...
De calles en obras
y de cuidado con el hielo o el peralte,
de use protección,
de tóxico, de riesgo de electrocución,
de incendio a la primera chispa,
de calaveras y muerte,
de suelo mojado,
de disponibles hojas de reclamaciones,
de máximo cuatro personas,
de no molesten en tarjeta o corbata,
de última oportunidad, en rebajas,

de perspectiva e inclinación,
de, en pequeño, beba con moderación,
de aseos públicos para urgencias,
de salidas de emergencia...
Señales en exceso...
De todos los colores, tamaños y formas...
Redondas, cuadradas, triangulares...
Rojas, azules, verdes, negras, amarillas...
Pequeñas, medianas, enormes...
Con luces, parpadeos, reflectantes...
Parecidas... Diferentes...
Para todos los gustos...
Que dictan reglas, rutas y precauciones...
Que no todos entienden ni siguen igual...
Que no obligan, prohíben o advierten...
Que indican pero no dirigen...
Con peatones en arcenes y aceras
que cruzan en rojo a ojos del que espera...
Con la opción del carril bici, con suerte...
Con calles de circulación a la izquierda...
Sensatos en su norma... O kamikazes...
Según quién mire...
Que a pie afectan dos normas de tráfico
y en bici según por donde circules.
Que hay países con los lados cambiados
y las velocidades a su antojo.
Que la educación de la mirada
en la iconografía de la vida es distinta
y cada cual mira en su dirección
pues todos no siguen el mismo patrón...

Llaves

Que sepas que tienes llaves, con llavero
personalizado.
Que no tienes que llamar,
avisar
ni pedir permiso.
Que da igual que veas cerrada la puerta.
Que nunca cambié la cerradura.
Por si volvías.
A echar un vistazo por nostalgia.
A regar las flores en mi ausencia.
A dormir aunque durará un sueño.
A saquear mi nevera
y llenar de mariposas mi estómago.
A dejar alguna explicación, alguna nota.
O armada con una caja
para llevarte lejos todos tus recuerdos,
nuestros momentos...
Pero siempre,
aunque asuste tanto tiempo para ambos,
no ahora, como ultimátum, ni ayer
ni mañana entre posibles...
Siempre...
Incluso después de decirnos adiós...
Tendrás llaves para entrar en mi alma
de donde no sales
del hilo musical,
del silencio al que llaman calma,
de las instantáneas con mejor sonrisa,
de fotografías llenas de vida,
de la selección de pensamientos
subrayados,
de la colección de cartas sin sello,
de las películas de sofá y palomitas,
de las caricias a la almohada,
de cuadernos escritos por un te quiero...
En el libro del Amor...
Donde la siesta es contigo en los brazos
y la noche no duerme
tranquila
si no ve tu rostro dibujado en los ojos...
Donde el rastro de tu aroma
deja ilusiones corporeas a los dedos...
Donde la piel se escarcha
con radiador y mantas
incluso en verano si no es a tu lado...
Y da igual que veas cerrada la puerta
tienes llaves de mi alma,
por y para siempre,
que ganaste de sobresaliente
para usarlas a antojo,
para abrir todos mis cerrojos...
Llaves personalizadas
con mi corazón en un llavero de cristal...

El Viejo Y La Mar

Cada tarde a la misma hora...
A la hora de la puesta de Sol en verano...
Fuera invierno, otoño o primavera...
Con noche cerrada bajo las estrellas
o con el ocaso dibujando el horizonte...
Él
aguarda a orillas de la esperanza
en aquel pequeño muelle
que fabricó el tiempo con sus manos,
con el latido de su vida
a los pies de un faro
en cuerpo de una fogata entre rescoldos,
entre insomnio de más y horas muertas,
entre sueños y fantasías,
con tablones de pensamientos e ideas
sobre pilares de grandes recuerdos...
Y otea la distancia
en busca de algo... Echando en falta...
A la espera...
En un puerto inventado en expansión
constante, diario,
que crece en dirección hacia el mañana,
que se hace ver en cada nueva cana,
en la longitud de las arrugas,
en la solera de la mirada...
Con la fe
en la estrechez de un para dos
como voz compañera de conversación,
con la locura
entre las voces que hablan a su espalda
junto a la vergüenza,
al lado del olvido
dos pasos y medio delante del diablillo,
que va al frente del rencor y el odio,
por detrás del ángel,
de la ilusión y la niñez del alma...
Donde el Amor
no es que no tenga lugar entre pasajeros,
en el discurso de la cámara mental,
en el oleaje de un muelle entre mareas,
sino que es el propio debate,
la mar...
El Amar...
De un viejo
que de joven hizo una pregunta al viento
y cada día a la misma hora
sigue buscando...
Echando en falta una respuesta del Sol...
Aunque duerma y aparezca la Luna..
Un por qué a las dudas...
De los quizás tras cada otra elección...
Una razón que justifique el miedo...
Los temblores y terremotos bajo la piel...
O pagar
el precio por las cobardías del pasado...
Los pecados...
Decir no sin justificación al corazón...
Y espera,
entre constante palabrería
a vuelo de pájaro
de la que no conoce aún el significado,
cada tarde a la misma hora...
A la hora de la puesta de Sol en verano...

La Duda En La Tormenta

No sabía...
Tenía sus dudas
si
días que el horizonte se dibujaba claro
y su celeste se hallaba nublado
era Él
quien andaba bajo la posible tormenta
o la tormenta sobre su cabeza...
E imaginaba que era prestada...
Que era propia...
Lágrimas contenidas de unos ojos
que le echaban en falta...
El enfado truncado de una voz
a orillas del otro lado del viento...
La venda al Sol
de un castigo
que se viste sin nombre de grises...
De un pecado impuesto por el cielo
por no estar donde dicta su corazón...
Y dejaba volar su mente libre
entre el negro y el blanco,
entre un océano revuelto de matices.
Con los sueños totalmente despiertos
y enraizados bajo la piel
en una cascada infinita de sentimiento,
que hace un mundo de cada detalle,
de recortes entre siluetas de algodón...
Hasta llegar a los rotos contra la tierra
en aguas mansas y cristalinas,
en contornos despejados
frente a la masa de brumas al aire...
Y pensaba en Ella... Con mayúsculas...
Y entre sonrisas...
Como capricho... Como deseo... Y querer
porque la escusa la encontraba
o se la sacaba de la manga
en el paseo de la Luna desnuda,
en un juego al escondite del Sol,
en tropiezos casuales con premeditación
de su mirada... Con el recuerdo...

Sin Opción

Los secretos
te los contaré al oído en un susurro
si preguntas,
que llevan tu nombre escrito
y Tú
tienes privilegios sobre el mundo...
Sobre ellos
por ser indispensable en su existencia...
Por ser raíz de las incógnitas
que guarda en flor mi corazón...
Aunque sólo pregunta quien no sabe
y de mis secretos lo sabes todo...
Que disimular no va con mis ojos
y su caligrafía es clara
en un idioma inventado que no se calla.
Donde andas entre pestañeos
y en los guiños sin duda ni faltas.
Donde vives en cada palabra,
en cada espacio y acentuación...
Y querría leer lo mismo en tu mirada...
Los secretos que no dices en voz alta...
Aunque no digan lo que yo quiera...
Aunque oiga otro nombre por parada...
De cerca,
tan cerca que se viva con sabor a beso,
que acaricie la voz de tu alma...
Pero soy un pésimo lector
con aires de improvisación
que inventa casi siempre el final de frase,
la siguiente línea,
el texto, el diálogo, la escena, la película
completa...
Y no valgo... Porque no me fío...
De la interpretación
que traduzca a ojo mi ciega intuición...
Porque contigo
equivocarse no cabe en ninguna opción.

Mañana

Mañana siempre es un tal vez, un puede,
un camino inexplorado
que conduce a cualquier persona y lugar,
que desemboca natural
de recorrido por el relieve de la realidad...
Aunque se firme y jure para toda una vida,
aunque se crea, se piense, se quiera
que nada cambie y todo siga igual...
Y mañana, quien sabe,
cuando ande en el camino,
cuando halle mi otra mitad de hombre,
cuando encuentre quién quiero y debo ser
puede que coincidamos
y exista momento para un nosotros,
un hueco en el calendario de los años
donde aprovechar el tiempo
y no perderlo,
donde encestar cada instante al Sol
si las opciones se nos cruzan a favor
si la fortuna sonríe las causas perdidas...
Porque nunca se conoce el desenlace
que dictará la página del próximo alba
y no soy de decir de este agua no beberé,
de ser tajante con el corazón
cuando ama, cuando importa de verdad
su voz
en las líneas que se escriben en sangre...

Cartografía

Tengo cartografiada mi vida hasta ahora
a escala 1/1
con ecuador y meridiano 0 en el corazón.
Con el norte en la cabeza
y el sur, más abajo,
entre el clima tropical del estómago
y el frío abandono de soledad en los pies,
por no ser simple, basto y callejero,
y solo mencionar la típica entrepierna...
Cartografiado mi tiempo
en el dibujo de una silueta en relieve
al que la edad sigue dando forma,
en un mapa de personas y fechas,
en una agenda de localizaciones
que a diario, mientras la muerte deje,
hacen crecer los símbolos en la leyenda...
Y puse una cruz emblemática,
en condecoración,
sobre el día, sobre el mapa de los años,
sin calaveras que adornen... Tu peligro...
El tesoro...
Una marca... Un recuerdo...
En el comienzo de una línea roja,
en el principio de un casual encuentro,
de un trayecto en la geografía del latido...
Con tu nombre...
Para no perderme... Para encontrarte...
Siempre...
En el fondo del océano...
En las cimas a ras de las nubes...
Entre volcanes y glaciares de lava...
En el desfiladero... Y fondo del barranco...
En las llanuras de sal y fuego...
Sin tener que triangular sobre el mundo
la posición de tus ojos...
El rumbo...
Con tu propia topografía en mi alma...
Entrelazada...
En el centro del plano de mi existencia...
En mi sentimiento...
En la plaza al cielo
que viste de constelaciones mi persona...

Atardecer Azul y Rojo

Hay cientos de historias,
miles de sueños y millones de viajes
que pueden surgir
de una semilla sin plantar,
de una nube pasajera,
de puestas de Sol azules y rojas,
de rutinas con cambio de hora,
de bailes entre mareas,
del azar que juega tras cada Luna...
Con nueva tinta o sangre de viejos textos,
en voces de personajes de cuento
o de narradores que mueven los hilos.
En contextos prestados
donde la realidad gana a la ficción
y la imaginación exagera las verdades...
Entre detalles de un universo infinito
descrito por ojos de soñadores,
de enamorados y desilusionados,
de niños y borrachos,
de trovadores de lo ajeno,
de mujeres boxeadoras,
de ateos y creyentes al dedillo,
de princesas llenas de peligro,
de escépticos frente a lo bueno,
de magos de la sonrisa,
de malabaristas de burbujas,
de chicas de revista y de diario,
de pesimistas y vasos medio vacíos,
de navegantes desbordados de fe,
de peregrinos perdidos por el camino,
de ermitaños en cuevas bajo el cielo...
Y las posibilidades no terminan
en la vida
donde cada mirada es todo un mundo,
un viaje
de millones de interminables luces...
Entre un sin fin de estrellas
con brillo propio y sin comparaciones,
sin lucha
entre ellas
donde todas pertenecen al dibujo
sin ser dueñas de las constelaciones...
En ese complejo equilibrio
de naipes en estructuras imposibles,
de torres entre huecos y ladrillos,
de crucigramas improvisados a ojo,
de atracciones oceánicas sin pegamento,
de juegos a dos manos entre cuerdas,
de puzzles al viento sin fijos paisajes
que desembocan en auroras libres,
que conducen a cualquier evento fugaz,
que se deshilan en jirones de humo,
que vienen y van al ritmo de las olas,
que bailan desnudos de nudos...
Millones de viajes...
Cientos de historias...
Miles de sueños...
Que
pueden nacer en cualquier momento,
crecer de circunstancias imposibles,
de una brizna de hierba entre la paja,
de un soplo de aire a la caracola,
de una gota de rocío en la mañana...

El Destino? Al Final

Dicen que camines, que vivas,
siempre de frente,
pero reza, 
si sigues ese consejo
al pie de la letra,
para no encontrar un barranco
y que el puente
caiga veinte metros al lado...
Ciego de fe...
Y es una metáfora...
Porque la vida exige adaptación,
decisiones,
callejones con vuelta atrás,
obligatoria si no eres Spider-Man,
y caminos en mil direcciones
donde solo una será elegida...
Con barcos para navegar océanos
en vez de cabezón ir a nado...
Bordeando montañas,
que no hace falta llegar a la cima
para cruzar las...
Aunque haya que tener paciencia,
al tic tac del reloj,
a veces,
en las estaciones 
donde todos somos pasajeros
y compramos libres el billete
con hora, paradas y ruta...
Donde el tren no espera
que si llega tarde penaliza,
porque los aviones
como parte del negocio
tienen copados los retrasos...
Pero no te aleja...
Moverte sin quedarte quieto...
Quedarte quieto 
donde nadie para y todos pasean...
Ser vagabundo o de entre mundos...
En una vida de finitos momentos
que no saben de lugares
sino de fechas...
De casualidades, de tropiezos,
de citas sin calendario...
Donde mañana también vale
para según que cosas,
para según que palabras,
para según que realidades...
Y hay que seguir de frente
en la vida... No en el trayecto...
Que el conocimiento tiene precio
y hace evolucionar al ser...
Que el destino es al final de todo
y se hace llamar recuerdos...
Escapadas nocturnas,
conversaciones de risa,
soledades y lágrimas,
confusiones, estupideces, errores,
aciertos y dianas novatas
de parecer y juicio...
Bailes con la familia...
Amores... Primero, verdaderos,
imposibles, de olvido, de sueño,
fugaces, inalcanzables, de sangre...
Fiesta de primavera e invierno.
Banquetes de alegría.
Fugas en verano.
Complot contra la monotonía.
Otoños de camiseta corta.
Nostalgias de armario.
Buenos y malos momentos.
Decisiones sin nombre ni lapida.
Fotografías del instante perfecto.
Recuerdos. Destino... 
Al final 
de un camino que nunca es recto...

Tres Puntos

Tres puntos pueden ser cualquier cosa,
aunque los llaman puntos suspensivos
porque juegan a dar intensidad al asunto
con algo más de tiempo que la coma...
Pero pueden ser infinitas posibilidades
dentro de la voz de la cabeza...
Como un pensamiento fugaz e inacabado,
unas palabras que mejor en silencio,
una rima a juego con muy mal pretexto,
un final sin tinta...
O, en según quien, voz de la esperanza...
Y pueden ser una puerta, una llave,
una ventana, un vistazo, un horizonte,
un salto de página o de libro,
una paleta de colores,
un día negro, una noche blanca,
un gran montón de posibles grises,
un barco de cuento que navega nubes,
un despiste de diálogo,
un hilo descosido de la mente...
O un método abreviado
para dar voz a las ideas que se cuelen
libres...
De que pueda dictar la siguiente frase...

El Lobo

Cuando quieres
se enturbia la intuición e interpretación,
y es mejor desconectar las...
Dejar ciertos pensamientos en off...
Distraerse con la escusa de la realidad
y cumplir con el papel del yo.
Ser el primero en tu partido
y en el de otros
segundo, tercero, suplente o expulsado.
Jugar a lo tuyo
y que las reglas las dicte tu conciencia
de corazón...
Que me lo dijo el tiempo hace mucho
una mañana de escarcha en mi ventana,
cuando asomaba el invierno en verano
y abrazaba una ausencia desnuda
en pliegues y lisos a las luces del alba...
Y desconecto
aunque mis ojos actúen por instinto
y sobreactúen por entusiasmo.
Porque aprendí a disfrutar un minuto
y sumar el siguiente si se daba el caso.
A ir paso a paso.
A mi ritmo que más rápido me caigo.
Sin buscar pero mirando,
por si acaso veo algo claro,
que de lejos veo poco y prefiero el cerca,
aunque tranquilas,
que no soy ogro ni llego a las tientas
por eso de desconectar cuando quieres
y tener bien educadas las manos,
como me enseñó el pasado,
a excepción de que oiga sí de tus labios.
Porque querer es un lobo en la intuición
que viste muy bien la piel de cordero.
Mientras las palabras
pueden ser llaves de la verdad
o la mentira por escudo,
la exposición del alma,
si no juegan al sí o no,
a una carta,
que no es raro el caso,
para un café, una noche, una vida extra,
en una comunicación en seis sentidos.
Y hablaré, y escucharé antes de juzgar
para que no se cuele el lobo en el rebaño,
en túnica de adivino,
que no me duele aprender
ni estar equivocado,
si el premio es estar mejor comunicados
como personas... Como humanos...

Posibles

Han pasado treinta y seis años ya…

Dos siglos, cuatro generaciones

y setecientas setenta y siete vidas…

Han pasado tormentas sin borrasca

y anticiclones cargados de lluvia…

Y sigo ganando cada día,

mejorando

en las posibilidades de mi abanico.

Batiendo mi récord constante

sin dejar de añadir un peldaño

cada amanecer a la vida…

Con la sonrisa siempre armada

aunque no dispare una bala…

Con la esperanza de la mano

que es muy niña pequeña

y se despista a mis ojos si no la ato…

Con todo… Con nada…

Conmigo… Contigo…

Con ellos y ellas, y vosotros…

Con el mundo entre mis latidos

y el universo resumido en un pañuelo

lleno de sueños,

de Amor, de posibles… Destinos...

No Descansa

No para...
No frena...
No deja de girar...
No aminora la marcha...
No reduce la velocidad...
No descansa... Ni festivos
el pensamiento
contigo...

Indiscreción

No sé que es peor,
no pensar
o pensar de más.
Ser ingenuo,
ignorante voluntario
o buscar
el beso de la realidad,
la liberadora verdad...
Conformarse
o querer...
Pero estoy perdido
entre tú
y la voz del silencio,
en la guerra
de mi mala cabeza...
En el limbo
entre cielo e infierno...
Por querer saber...
Por hacértelo saber...
Por cometer
una pequeña
gran indiscreción...
Mañana, tal vez...

Enamorar

Hasta que no te enamores
no tengo nada que hacer...
Que nos conozco
y de uno en uno nunca sumamos dos...
Que la ilusión dura un pestañeo
y las mariposas echan a volar...
E intento entrar en tus ojos sin salir,
quedarme a vivir en tus sueños
y no soltar tu mano bajo la piel...
Enamorar te...
Y que me sientas junto a ti...
Porque enamorarse es querer volver,
es deseo, estimar, cariño sin juicio,
es no encontrar motivos
y siempre tener buenos argumentos
para buscar otra vez...
Es dejar largas las alas
y saber, sin poder explicar cómo,
dónde necesita reposar el alma,
dónde se quiere descansar los pies...
Y no tengo nada que hacer
salvo tener fe
de que te puedas enamorar
y entenderme,
aunque, al final, nisiquiera sea de mi...

Envejeceré

Mi mirada, mi corazón, mi Yo 
envejecerá pendiente de ti...
Y no es una promesa
ni un pensamiento naíf,
como tampoco
una declaración de buenas intenciones
o un juramento 
que me obligue o exija cumplir
...
Sino un hecho...
Una acción refleja...
Una necesidad que habita en mi...
Cómo dormir, comer, beber, respirar...
Cómo latir para vivir
...
Y envejeceré 
sin perder el rastro al aroma de tu piel,
al dibujo de tus huellas desnudas,
a la melodía cautivadora de tus ojos,
al elixir hipnótico de tu voz,
al sabor a sonrisa de tu alma...
Con tu silueta madurando en mi retina,
bailando de mano de mis latidos,
abrazada a mi ser...