Cuando a las palabras no las abraza el alma
o no las besa el corazón.
Cuando es más un cuento sobre una ficción
que una realidad a medias vestida de metáfora.
Cuando el silencio se apodera.
Cuando late la espera
por otro centelleo entre las constelaciones infinitas,
por otra sonrisa
que rebose en tinta sobre el oleaje de las páginas...