A la orilla de los sueños
hay una barca sin remos ni vela.
Un bote
donde solo somos pasajeros,
que lo mismo es fragata que galeón,
cuatro palos y dos barriles
o un trozo impermeable de tela...
A la orilla de los sueños...
A un empujón
del subconsciente
hacia el mar de la imaginación...
De la libertad del pensamiento...
A un tirón del ancla
que liga la mente a la realidad...
Que nos separa de la marea del imposible,
de la ilusión en la cresta de las ola,
de la montaña rusa de las fantasías...
hay una barca sin remos ni vela.
Un bote
donde solo somos pasajeros,
que lo mismo es fragata que galeón,
cuatro palos y dos barriles
o un trozo impermeable de tela...
A la orilla de los sueños...
A un empujón
del subconsciente
hacia el mar de la imaginación...
De la libertad del pensamiento...
A un tirón del ancla
que liga la mente a la realidad...
Que nos separa de la marea del imposible,
de la ilusión en la cresta de las ola,
de la montaña rusa de las fantasías...