4 de septiembre de 2019

Soneto

¡Qué sí! Me tomo licencias de pluma.
A veces hago la rima a mi modo
y no miden siempre los mismos codos
el verso aunque se acerque algo la suma.

Y copio el cuerpo, el dibujo de espuma,
la silueta en cuatro estrofas; y apodo
soneto el producto, sin ser del todo,
y sin (la) vergüenza, que me consuma.

Pues me gusta como valiente entona
el sueño, las historias y los cuentos...
Con su voz añeja y su gran estar.

Y le doy forma con mis sentimientos,
y él, amigo, se deja reinventar
con algo aquí y allá que, noble, perdona.