12 de agosto de 2019

Sin Cruz

Hay una ermita sin cruz llena de rezos.
Un santuario peregrino sin senda,
sin campanario ni luz de las velas,
dorados, salmos o sagrados textos.

Una ermita de paredes en verso
de frondoso verde vida y esperanza,
donde reposa en el altar el alma
de quien halla sus puertas y secreto.

Una ermita oculta para extraviados,
que lo mismo descansa en la orilla
que entre nubes a ras de la montaña.

Un templo sin cuerpo, una eterna ermita,
donde al orar se entrega la palabra
del corazón que reza enamorado.