13 de agosto de 2019

Líbrame del Recto

¡Señor! De los malos me cuido yo...
Pero líbrame del recto
que sigue su camino como único...
Del ciego que se sacó los ojos
devoto al paisaje de su religión...
Que dudo 
a cada paso en cualquier dirección
y no me quedan bien otros zapatos...
Que la verdad, entre dos, es a medias
y la vida no es una línea recta...
Que el destino
tiene atajos para los pies inquietos
y para el paciente caminos largos
de horizontes en dulce y dorados
o entre rayos bajo la tormenta...
Y, ¡Por favor, Señor! 
Líbrame del recto
que ve su camino como el único...
Que de los malos, ya, me cuido yo...