27 de agosto de 2019

Poseído

Me confié
y creí
haber ganado antes de empezar.
Como si estar presente
fuera sinónimo de victoria
y jugar un simple formalismo.
Sin necesitar mano ni cartas
para merecer el podio...
Como si no tuviera que demostrar
que merezco ser la primera
elección,
como cualquiera, como todos...
Y sé hizo el alba,
y despertó la pesadilla...
Y no era yo ni mis ojos ni mi latido,
y era un préstamo de otra piel,
con mis actos poseídos,
prepotente, soberbio, creído...
Desde una mirada consentida...
Cuando años mueren en un gesto
y siempre estamos al principio,
cuando día a día es una apuesta,
una decisión
que nos une o nos deja a medias,
cuando no se gana en la vida
si el corazón no arriesga...