y enamora todo en singular
y plural.
Con la flor como víctima
y el paisaje como decorado y teatro
de los personajes sin vida ni obra.
Y enamora la luz del alba,
el anochecer rojizo,
la tarde incandescente,
Las betas ocre y dorado de la naturaleza.
Y enamora el latir
libre
de la liturgia normativa e impertinente
que dicta el cómo del porvenir.
Tal como enamora existir,
ser,
estar
y vivir... ...