dicta el futuro y la verdad
entre rebuznos y coces
y decide a base de pisotón
como se siente la Realidad
que no cuenta con él,
ella
o como coño se quiera definir
dentro de la conversación
exclusiva
en voces vivas de otro ser.
Y rebuzna
sin saber,
simple,
como el inmaduro corcel,
preso de nacimiento,
que solo sirve para tiro
y no sabe correr
libre de montura y jinete
que le dicte el camino y la fe...