a la humanidad
ni voy a tomar parte de la discusión
en ningún bando con bandera
y la fe como rehén.
La discusión necesita dos.
Y busca, y siempre encuentra
quién hizo de su arte el conflicto
y rompe el bolsillo
en nombre del honor
con la justicia ciega tras el lazarillo
que se vende al mejor postor...
Mientras,
entre sabor a pólvora,
gris ceniza
y humareda incandescente
que reboza y supera el alma,
el inocente
ilusionado con la luz,
con el color,
con la sonrisa
se transformo en cifra de una resta,
tatuado a fuego,
repitiendo la historia,
con la antigua víctima como agresor.
Agresor,
agresor
tras la careta de bueno y valiente
bordada de oro
que oculta la verdad del rostro
pero nunca la realidad de los ojos,
de la mirada
y la profundidad de su relevación...
Y quién busca
encuentra
aunque ampare tras el absurdo
el logro de las consecuencias...
