de responder,
de corresponder
Amor de verdad con mentiras
ni con la neurona más perdida
de mi cabeza...
Y será el refrán, el dicho,
la semilla de mi vieja educación,
de esa época olvidada,
ignorada y desoída
en la joven y moderna sociedad,
que no quiere para nadie el mal
que no se está dispuesto
a tolerar de los demás...
Mal
al que no deseo
de viaje bajo la piel
en el tejer del sentimiento
notar hiriendo mis propios huesos,
lo tuyos,
los de Ella
e incluso
los de Él...
Y deseo, quiero, espero
de corazón
que prevalezca sobre el capricho
la voz de la razón,
la voz
de la semilla, el cultivo y el relámpago...