la luz improvisada sobre el sendero
de una fiesta primavera adentro
con todas las huellas por escribir
en el polvo cósmico
que olvidó pisotear el rebaño
entre lagunas de luciérnagas
y llanuras de purpurina al punto del Sol.
Donde convergen el alba y el anochecer,
en el imposible inevitable de la paradoja
de otro mundo
bajo el firmamento infinito del universo.