Deja que haga una promesa,
una promesa de poeta,
de imposibles por hacer,
de sentimientos a flor de piel
con tinta por valentía,
por voz sin distancia
y un contrato de mil vidas
con la firma de mi alma
para poner el mundo a tus pies
o al menos mi corazón
aunque sea a través de papel,
de una huella sin cadenas,
de una locura improvisada
como regalarte de la Luna su luz
junto al baile de la aurora
y el cantar de las estrellas
en un frasco sin retorno,
como luciérnagas del cielo
para que amparen tus noches
sin competencia a tus ojos,
a la melodía tras tu mirada,
a la magia entre tus pestañas
donde nacen todos mis sueños,
donde nace esta promesa
a ti, a mi amor eterno
con cada uno de mis latidos,
con cada año que dé mi tiempo.
