quítale dos de cincuenta,
de los números con sandalias,
y obtendrás
qué quise
de ti
hace
mucho más que tiempo...
Porque ya no importa...
Y ni siquiera cuenta
en las líneas con presencia
de un presente
que no escucha
el arañazo antiguo
en las malas patas
del gato escurridizo,
entre Lunas y tejados...
Pues pasan las horas
sin remedio
y se pierde el encanto
sin la poción del beso,
sin la dosis de afrodisíaco...
Y en favor de hoy
se olvida,
se pasa por alto,
se deja de lado...
Y muere con nombre de mañana
el ayer
enraizado en el pasado...