qué creíste aquello que no era,
que apostaste a rojo
con solo negro en la ruleta
y el trece en juego
como todos
hacemos
y apenas si nos damos cuenta
hasta que gira el mundo,
la bola se posa
y la vida en movimiento se asienta...
Dejando al descubierto
la mala apuesta
que jugaba con sus reglas
y nunca las de la mesa
donde la banca siempre gana,
donde si un jugador triunfa
otro cae
en brazos de la bancarrota...
Y creíste, seguro,
y creí, a ciencia cierta,
y creyeron, como todos, en lo suyo,
mientras creen, ellos,
donde se halle su consciencia...
Aunque si me preguntan,
la fe
mueve mucho más que montañas
y creer un valor en alza
con la perseverancia
como moneda
al cambio entre realidad y sueño....