Hay flor...
Hay flores que no saben de estaciones,
de calor sin rocío en Verano,
de pétalos perdidos de Otoño,
de soledades sobre chimenea
o de besos de miel sólo en primavera.
Siempre bronceadas al Sol
desnudas de preocupación
con su piel por único escudo
frente las inclemencias de la vida.
Como respuestas de un acertijo
que se ríe, se oculta, se muestra
y lleva su propia rima
de entre palabras de un viejo profeta,
de un trovador de cantina seca
que versa con la Dama Luna,
cuando descansa en su alcoba de plata,
cuando viste el cielo de fiesta
o luce sonrisa, de ida y vuelta...
Mientras se consume otra vela,
otra noche
en la danza del insomnio
de un sueño desatado sin tiempo
que mira al celeste contento
con la verdad escrita en la mirada,
sin más vista que la brújula del pecho,
para decir te quiero... Te amo...
Tras la flor que no sabe de estaciones.
