17 de julio de 2016

Eterna

Eres mi eterna compañía
aunque nos separe la distancia,
aún sin sentir el calor de tu mano,
la caricia de su dulce tacto,
pero caminas a mi lado
susurrando melodías a mi oído
a cada paso del camino,
en cada tramo recorrido
desde el día que cautivaste mi alma,
que me atrapaste sin contemplación
un catorce de febrero con tu voz,
con la ayuda, tal vez, de Cupido
tras un encuentro que orquestó el destino,
y te hiciste luz en mi vida,
el manantial de mi alegría,
la más preciosa fuente de inspiración,
la musa de todas mis letras,
la dueña de mi corazón, mi Amor.