No será la primera vez
ni tampoco la última
que roce el absurdo,
que acaricie la locura
de quererme reflejar en tus ojos,
de desear sobre mi tus besos,
tus caricias en mi cuerpo,
en mi piel,
pues no olvido,
no olvido lo que siento,
el latido con tu nombre en mi pecho,
la voz de mis mejores recuerdos,
la compañía perfecta,
el ángel que bendijo mi existencia,
que cautivó por siempre mi alma,
que es la luz en mis palabras,
el Sol, la Luna,
el motivo que les da vida,
que inspira mi corazón,
que me posibilita hablar de Amor.
