si no hay encuentro,
si no colisionan
sin esfuerzo
el pirata y el tesoro,
la suerte y la fortuna,
pues
no andan ni navegan
el mismo codo
del camino a vela
el sueño y su quimera.
Y no varia su paso
el deseo
ni espera en posadas
de cuento y cuentas,
de lirios y muérdago,
al rezagado,
mientras
toma en la noche respiro
el secreto oculto
junto a la miel del olvido,
herida en el gaznate,
rescoldo del destino,
qué marca a fuego
final y principio
con el alba
como nueva,
vieja,
única
e indiscutible procedencia...
Pues
no aguarda ni espera
la riqueza
a que la luz halle
su origen
tras el nombre de la sombra
con constelaciones
sin estrellas
qué den alas a su su leyenda
sin sumar valor
al azar del Sol
bajo quien nació
en manos de la posibilidad
qué hace fe su existencia....