18 de abril de 2019

Moda

Puede que esté anticuado,
que mi mundo haya caducado,
que la moda de mirar a los ojos
esté devaluada por oferta.
Pero me gusta la capa y espada.
El romanticismo muerto
de la flor en la solapa.
El sombrero de copa y reverencia.
El giro, el guiño, la sonrisa.
Bailar las distancias de pasillo.
Los besos de humo y abanico.
Las reverencias de poeta.
Los principios de caballero.
La nobleza del corazón campesino.
La época
de los silencios de viento y grillos,
de noches de estrellas y fogata,
de Luna de caza,
de caminos abiertos a huellas...
Y que me perdone la vida moderna
donde esperar no participa,
donde todo corre sin mirar atrás
y atropellar está en las reglas,
donde el recuerdo vive en la nube
y no en la cabeza.
Que voy a desempolvar el pasado.
Las cartas a la botella.
Los sueños de horizonte.
Las prendas por Amor.
Las conquistas a lo Quijote.
Los guiones de directo y telón.
Porque las modas siempre vuelven
y anticuádamente loco
estaré vestido para la ocasión.