Volver

La soledad
lleva arraigado el silencio de unos ojos.
La soga de una voz.
La sonrisa marchita de un recuerdo.
Las lágrimas tristes sin rostro.
La ausencia de un nombre.
La melodía de la noche.
La capa de la oscuridad...
Y quiero volverte a ver.
Llenar el vacío que piensa en ti.
Inundar mis labios de tu nombre.
Bailar con la Luna de la mano.
Hacernos noche.
Despertarnos día.
Y volver...
Volver a sonreír con olor a primavera.
A navegar entre las nubes de los sueños.
A sentir el universo bajo la piel...

Moda

Puede que esté anticuado,
que mi mundo haya caducado,
que la moda de mirar a los ojos
esté devaluada por oferta.
Pero me gusta la capa y espada.
El romanticismo muerto
de la flor en la solapa.
El sombrero de copa y reverencia.
El giro, el guiño, la sonrisa.
Bailar las distancias de pasillo.
Los besos de humo y abanico.
Las reverencias de poeta.
Los principios de caballero.
La nobleza del corazón campesino.
La época
de los silencios de viento y grillos,
de noches de estrellas y fogata,
de Luna de caza,
de caminos abiertos a huellas...
Y que me perdone la vida moderna
donde esperar no participa,
donde todo corre sin mirar atrás
y atropellar está en las reglas,
donde el recuerdo vive en la nube
y no en la cabeza.
Que voy a desempolvar el pasado.
Las cartas a la botella.
Los sueños de horizonte.
Las prendas por Amor.
Las conquistas a lo Quijote.
Los guiones de directo y telón.
Porque las modas siempre vuelven
y anticuádamente loco
estaré vestido para la ocasión.

Burbuja Gélida

El infierno debe ser gélido
si los ángeles habitan el cielo
si las estrellas que calientan el alma
surcan el firmamento
y las lágrimas del sufrimiento
inundan de lamento las fraguas
de las entrañas de la tierra.
Un lugar solitario y mudo.
Una tortura para los sentidos.
Lejos del techo del universo,
de los ojos celestiales
que custodian la luz de la esperanza,
la ilusión y la vida.
Lejos de la caricia prestada
donde nacen los sueños,
donde baila la verdad bajo la piel.
En una burbuja de silencio.
En una extensa oscuridad muerta.
Entre escarcha.
Sin primavera, otoño, verano
ni invierno.
Sólo frío. Abarrotado de abandono.
De eco mudo,
ausente de la melodía del viento,
del susurro que vive
incluso en el desolado desierto.
Solo, con la voz de tus lamentos.