26 de octubre de 2018

La Literatura No Hace Poesía

No soy celoso pero he tenido muchos celos,
al igual que otros prontos,
y a día de hoy
sería capaz de describir ese sentimiento
igual de vivo pero difunto
cómo si arañara dentro,
porque, aunque estén bien muertos
bajo un montón de polvo,
no entierro mis recuerdos,
la lecciones de cada curso
o el temario comprimido de un verano.
La charla de una tarde sin índice
o el guión repetido entre bares
dando bandazos.
Y puede que mañana
recuerde uno de esos días malhumorado
y lo escriba
con tu nombre al fondo en un borrón de ojos,
y no quiero que creas
que es una factura que te trae el pasado
para echar en cara mis malos ratos.
Para gratuitamente
decirte me dolió como crío de cuatro años.
Porque sólo son un tema
del que sabe mi alma
y sabemos que hiciste más bien que malo.
Porque la literatura no hace poesía
si no vives las palabras
si no te sacas las entrañas por fuera
y exprimes el jugo de la experiencia
para multiplicarlo por mil
o dividirlo entre ciento cincuenta.
Para decir te quiero a la altura del cielo
con la esperanza asomada al filo de su caja
o te odio con la boca llena de infierno
mientras el olvido acecha la ventana.
Para negar el imposible a los sueños
y colorearlos con ojos de niño
o levantar barreras de miedo y fantasmas
al mundo y a sus hijos.
Para luchar eternas guerras de soledad
donde el amor no es batalla perdida
o entregar la bandera en un mar de lágrimas
dejando ir al Amor de tu vida...
Porque la literatura, sola, no hace poesía.