No escuches nada de nada...
No atiendas el quejido del mundo...
Sus gritos y aullidos...
Y para... Detente... Frena...
Un segundo... Un minuto...
Dos horas y medias...
Un fin de semana...
Un mes... O un año...
Oye tu voz, tu alma, tu corazón...
Sabes qué es noble...
En ti... En tu interior...
¡Qué busca!... ¡Pretende la felicidad!...
¡Cómo todos!...
Nada más...
Y quien diga lo contrario...
¡No sabe nada de ti!...